Corría la tarde del sábado 12 de
noviembre de 2016, al amparo de los celajes de la época, dos disparos de forma certera impactados en el
cráneo de un joven de 22 años, provocaron que la séptima avenida y tercera
calle de la zona cuatro de la Ciudad de Guatemala fuera ensangrentada, sumándose
a la interminable lista de aquellos que se les ha arrancado su derecho a vivir.
¡Cuánta rabia! ¡Cuánta
impotencia! ¡Cuánta injusticia! Veintidós años de edad, toda una vida por
delante, tantas estrellas por alcanzar, tanta historia por escribir, tanta vida
por vivir, que de forma abrupta fue arrancada por aquellos que se creen
superiores a ella. Jeremy Abraham Barrios Lima, le conocí hace un par de años,
cuando llegó al Centro de Acción Legal Ambiental y Social de Guatemala (CALAS)
a realizar la Practica Supervisada que exige el MINEDUC para poder graduarse
como bachiller en Ciencias y Letras con Orientación en Computación, me relató
su paso por las gestas estudiantiles del 2012 en contra de la desaparición de
la Carrera de Magisterio ante la imposición del exgeneral Otto Pérez Molina,
hoy en prisión siendo juzgado por varios delitos; así como sus aspiraciones a
ser Abogado para defender “los derechos de la gente” en especial de aquellos
que por su condición de vulnerabilidad son quienes reciben el azote cruel de
este Sistema, a quienes él consideraba sus “iguales” ya que también recibía ase
mismo castigo, por ser pobre, por ser joven, por ser objeto y no humano.
Su aporte dentro de la defensa de
Los Derechos Humanos Ambientales de la población que resiste ante la imposición
de mega proyectos mineros en Jalapa, Santa Rosa, Jutiapa, Izabal, Alta Verapaz
y Guatemala, ha sido significativo, ya que su trabajo de índole administrativo
servía para que las acciones políticas, legales y de formación fueran posibles.
No obstante, en las “redes” hay quienes aplauden y justifican su asesinato a
través de frases indolentes “eso esta
bueno ya que los derechos humanos solo para defender a los delincuentes sirven
(sic.)” “con razon lo mataron, miren como se vestia el marero (sic.)” así,
en esa línea, sociedad enferma de ignorancia. Los Derechos Humanos no son el problema,
son parte de la solución para resolver los males que nos aquejan, ser joven no
es un delito, su forma de vestir no le determinaba como un “delincuente”, yo le
conocí y era un joven con muchos deseos de tener una vida digna, para él y
quienes le rodeaban.
Hasta siempre Jeremy, fue un
gusto conocerte, la historia te tendrá como estandarte para que nuestra lucha
no cese y triunfe en definitiva como el acto más noble a tu memoria. “Sé que cabalgarás sobre un valle de rosas,buscando el cielo en el que has creído y en el viento buscando la risa perdida,siguiendo la luz de las estrellas. //Sé que de esta pena sin medidas saldrás cantando y no llorando, secando lágrimas de alegría. //Con una explosión de amor eterno con una flor en vez de heridas...” (Yuri Buenaventura)