martes, 11 de marzo de 2014

BOMBA DE ESPERANZA

Familia de Orugas, sobre la Calzada Atanasio Tzul, Zona 8


Hoy comparto con ustedes, una historia conmovedora y esperanzadora, un relato de calle, desde uno de los lugares más marginados de la desigual ciudad de Guatemala, por una  sociedad, alienada en los exuberantes paseos de por allá.

La Terminal, el mercado más grande de Guatemala, donde se puede ver como converge una gran cantidad de personas, de distintos lugares del país, de distinta etnia, de distinto credo, con una gran diversidad de productos para comerciar; y muchos otros van alquilando sus manos, su lomo y derramando sudor para poder sobrevivir. En el seno de este “otro mundo” surge una historia de esperanza y muy conmovedora. Esta trata de un pequeño de 12 años, quien vive a los al rededores del mercado, le apodan “Bomba” por su baja estatura y su aspecto “redondo, proveniente de una familia desplazada forzosamente, por la necesidad de un “futuro mejor” dejando las boscosas montañas del Quiche, para venir a vivir “arrinconados” en una champa de láminas viejas sobre la Calzada Atanasio Tzul. ¡Vaya ironía! el nombre de un héroe indígena, viendo el sufrimiento de los suyos, miles y miles que deambulan por esa calzada para poder sobrevivir.

Pero un día varios vecinos del mercado se vieron en la necesidad de mejorar el ornato de ese lugar, ya que a los ojos del “TU eres la ciudad” es un sector abandonado. Y transformaron lo que era un gran sanitario público, en un futuro jardín. Con una tierra dura de sembrar, poco a poco han crecido las plantas, y con ellas una familia de Orugas, que con el proceso de la metamorfosis serian unas majestuosas Monarcas. Cautivando la atención de “Bomba” y capturando el interés de él, al ver como día a día, se desarrollan y regalan nuevas “hojitas”. Y así como esas plantas que reverdecen,  la esperanza también, porque solo apreciando con verdadero interés a la naturaleza, podremos defenderla con mayor fuerza. 

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