sábado, 1 de marzo de 2014

LA REVOLUCION DE LA PUYA



A tan solo 28km del Palacio Nacional –símbolo del poder ejecutivo de Guatemala- se encuentra un grupo de pobladores, que armados de conciencia y mucho amor a Guatemala, deciden enfrentarse de cara a los que por mucho tiempo se han enriquecido a costillas del pueblo, tan sufrido y lapidado.

Me refiero a La Puya, ubicada en San José del Golfo, colindando con San Pedro Ayampuc, pertenecientes al departamento de Guatemala, un grupo de personas que marcaron el rumbo, de cómo debemos defender nuestra tierra, de las empresas mineras que saquean nuestros recursos naturales, contaminan el medio ambiente con técnicas nocivas de explotación, consumen mucha agua de manera gratuita y ponen en juego nuestra soberanía, aun a costa de golpes, gases lacrimógenos, amenazas, intentos de desalojo, órdenes de captura, balazos y hasta la muerte.

No es sorpresa que a los que defienden sus principios y valores establecidos en el corazón y la conciencia, sean atacados a balazos e incluso hasta el asesinato. Con el objetivo de amedrentar un movimiento legitimo del pueblo. Durante 2 largos años, la gente ha resistido de manera admirable, sin empuñar ni una piedra, ni un palo, ni una sola  llanta quemada, una resistencia digna, un buen ejemplo urgente para todo el mundo, donde las únicas armas son la convicción, la fe, la perseverancia, el amor a su familia y a su patria.

Esta revolución se gesta, en un país de los más violentos, y con tan solo 17 años de haber sufrido una guerra atroz, donde las heridas del conflicto siguen abiertas y los dinosaurios siguen persiguiendo a quienes piensan diferente a ellos, por eso es inaudito, para el gobierno, para las empresas y grupos entrenados para generar choque –infiltrados- que los pobladores en vez de responder con piedras, responden con oraciones y cantos. 

Por eso La Puya, hoy nos marca el camino de cómo debemos actuar, el gran desobediente civil, icono de la no violencia, Gandhi dijo: “El amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el mundo”. Y esa fuerza es palpable en La Puya, en su segundo aniversario, saludo el esfuerzo y la entrega, también me siento agradecido con cada hombre y mujer que han dado parte de su vida para que esta Rebelde Primavera siga floreciendo.

VENCEREMOS


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